viernes, 25 de noviembre de 2011

No es oro todo lo que reluce…


Ya lo decía mi madre ¡y menos mal! qué sería si no de todas las aficionadas al brillo en un mundo en que sólo primara lo bueno y legítimo, porque seamos sinceros: a falta de las alhajas de la abuela, y del oro de 24, las chicas listas tienen que improvisar baraturas para estar igual o más guapas y, recurrir así a la lentejuela y el relumbrón, la purpurina y el abalorio.  Por suerte casi todas las tiendas -a mi me encantan blanco y accesorize-se han entregado a la causa ( por obra y gracia de la moda ) y esta temporada todos los comercios aparecen adornados de ropa fulgurante.
Lo de los brillos no es nuevo, ya hace generaciones que aquello era moda, pero con la impronta y la esencia de las artistas y cupletistas, del Moulin Rouge y Hollywood y totalmente alejado de las señoritas de entonces (léase resto de las mortales que no se dedicaban al artisteo y la copla, pobres…) que, recatadas y totalmente mates esperaban a que un príncipe más o menos azul las sacara a bailar. Por suerte para nosotras, aquello del vestido luminoso se popularizó, y de qué manera, después de años envuelto en papel de seda, entre bolas de naftalina, con las plumas y otros accesorios del cabaret, para poder por fin, hoy, vestir como estrellas, aunque sólo sea de vez en cuando.
Personalmente si hay una noche en que siempre llevo algo brillante, esa es Nochevieja, porque ésa es la noche hortera y proclive al exceso por excelencia; lo primero: porque se termina un año más y eso tiene un puntito melancólico, casi decadente que invita a resaltar el atuendo cuando menos como contraste al bajón, lo segundo: porque precisamente por eso, corre el alcohol de manera desaforada y las chicas tenemos que destacar para ver y ser vistas y lo tercero: por culpa de Jose Luis Moreno y de todas las Nocheviejas con presentadoras mega-apretadas (y por supuesto llenitas de lentejuelas ).  Además, ya se sabe que hay que ir adecuada a cada ocasión, y este año, ala, toca relucir.
El que diga brillo tampoco implica vestirse burbuja de cava catalán, aunque para eso están los gustos de cada una, pero queda cuando menos un poco extraño, así que el truco está en el equilibrio, y cuando llevamos una prenda reluciente, llevar lo demás discretito, que es lo que toca, para quedar monísima. Sólo con una excepción, los pendientes u accesorios de bisutería pueden destacar, eso está casi-siempre permitido.
Como este año se lleva tanto la lentejuela ya hay quien propone combinar una prenda con otras casual para conseguir un aspecto totalmente ponible para el día a día nos dicen, no sé yo… no me veo en el trabajo con la falda de lentejuelas, o yendo a tomar café con el top del mismo material, por más que sea la última tendencia, me vería un poco árbol de navidad, y aunque sean las fechas no me pega…



 de accesorize,
allí tienen bolsos de fiesta ideales

Otra cosa es un toque discretito, ya que lejos de lo extravagante, lo que da es un toque especial a un atuendo casual. O, ya para la noche,  los zapatos de laminillas brillantes, que yo, siempre encuentro irresistibles y un poco estilo cabaret, y, el bolso bordado con las mismas que dá un toque festivo –y divertido- y nunca resulta exceso.


Aún así, para las más animadas y para las que no se atreven, lo importante es estar a gusto en tu piel, y brillar por dentro. Empezamos la cuenta atrás, ¡un mes para navidad!, ¡A disfrutar chicas! Que para eso se inventó la moda.


2 comentarios:

  1. Muy buenos consejos. Estoy de acuerdo contigo..hay que brillar por dentro cada dia ( como tu lo haces ), y por fuera, un poquito siempre y mucho solo cuando toca
    .Rosa

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  2. Aunque todos los consejos son buenos, me quedo con el último, "estar a gusto en tu piel y brillar por dentro", es sin duda lo más importante!!
    Te felicito por tu recién estrenado blog, promete ser muy interesante...
    Me pasaré a visitarte, un saludo!!

    Alex DG
    http://alexdissenya.blogspot.com/

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