miércoles, 25 de enero de 2012

La vida rosa…


Cuando mi hermano mayor entró por primera vez en mi blog lo primero que me dijo fue: “¡que rosa!” Y es que no sé que tendrá este color que, pese a las niñas repipis, las princesas de pacotilla, Mariah Carey y demás familia, con el tiempo Servidora ha acabado viendo la vida en color rosa.

Y es que, en el día a día hay que intentar cambiar las cosas aunque sólo sea un poquito, porque con lo duros que resultan algunas veces para todos, si no intentamos ver las cosas con optimismo, alegría, y un color fantástico, por ejemplo el rosa, estamos perdidos.


Rosas hay muchos desde el rosa bebé: el clásico rosa clarito, para los no iniciados, pasando por el rosa “pocho” -sí, ese que tira a gris- nombre que reinventó (y no digo inventó, que no hay nada nuevo bajo el sol) hace muchos muchos años una amiga nuestra fantástica, y que, como tenía una tienda de ropa y era Vasca, pues llamaba a los colores como le venía en gana…El rosa salmón, sutil, El rosa chicle, que es más intenso.




Luego está el rosa fucsia: el más chillón por definición en sus diferentes intensidades y variedades, y, qué sería de nuestros anodinos días si no les diéramos un toque pop y necesariamente kitsch…
Porque yo, adoro el plástico, lo hortera puntualmente que mezclado, me parece de lo más estiloso casi siempre y, si no siempre es divertido, y, además que narices: “si no puedes ser elegante, al menos sé extravagante” – como dijo una Diva una vez.
El color rosa además siempre ha estado condicionado por su asociación a las chicas. Así que aún hoy cuando alguien entra en mi blog puede que piense: es sólo para chicas, pero no, amigos, porque aquí hay un poquito de todo, aunque no lo voy a negar, es más para chicas, pero no en exclusiva, porque la alegría, el sentido del humor, el estilo y todo lo divertido y bonito que pretendo compendiar en cada nueva entrada no es patrimonio de ningún género y – por suerte- nunca lo será.

Además gracias a los chicos atrevidos el rosa ha dejado de ser coto exclusivo de las niñas para formar parte del vestuario de todos y, que además, favorece, y, es casi adictivo.

Y esto no quiere decir que ahora tengamos todos que convertirnos por Obra y Gracia de la moda en pastelones gigantes, porque la verdad sea dicha si en pequeñas dosis, bolsos, pañuelos o combinado con neutros ( mejor con los oscuros, negros e incluso marrones ) queda casi Divino, y casi siempre favorece, en grandes dosis parecemos un repollo o la hermana pequeña de la Obregón. Y eso, Señoras y Señores no hay cuerpo humano que lo resista.

Yo, después de aborrecer el color durante años, lo dejé entrar en mi vida, con alegres pinceladas, o en forma de burbujas de baño Rose Jam (de Lush)

O en mi ramo de novia, de rosas, claro. Es este:

Mira tú, los flamencos, que pájaros más fashion.

Qué bonitas y delicadas son las zapatillas de ballet…

¿Y algo de oro rosa? Fabuloso, moderno y sofisticado.




O incluso en los botes de Vanish, que cuando se acaban, les quito la etiqueta y me sirven para guardar muy ordenaditas, montones de cosas. Je, je.

Y es que, a veces, por negro que esté o que se ponga el día, una respira hondo, cierra los ojos. Y piensa en rosa. Y la vida cambia. Aunque sólo sea un poquito. Solo por verla a través de un cristal rosa.
Un beso. Lola


1 comentario:

  1. Pues a mi el rosa me gusta, pero sobre todo para vosotras, porque nosotros, no estamos muy favorecidos con él (siempre hay excepciones)

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