O familia
ioaaaaar ioaaaaeee ioaaa ioaaaeee, porque este fin de semana hemos estado en
Navarra, y la experiencia ha sido para repetir en todos
los aspectos; tierra hermosa, verde con todas las variedades del color ( que
son no muchas sino muchísimas), con un montón de pueblos con encanto, el agua
cada dos pasos enriqueciendo la tierra, las iglesias románicas que salpican
cada lugar, las ermitas en lo alto de las montañas y la magia que desprende
toda la región, a cada paso…La inmejorable compañía de la familia que no hay
más que una (menos mal, si no, con todos los que somos, a ver donde nos
metíamos seis…)
No conocía
Navarra, la verdad y me ha sorprendido muy gratamente: rica y cuidada, a cada
paso por las calles de sus pueblos empedrados trae recuerdos y nostalgia de
tiempos pasados, sus casonas de piedra cuidadosamente arregladas, con sus
escudos heráldicos en las fachadas y su elegancia atemporal. Hemos comido
fenomenal y hemos podido admirar sus paisajes y disfrutar de paseos entre antiguos
árboles y flores silvestres que crecen por doquier salpicando el verdor y
llenando de color y alegría el paisaje.
El hostal es
punto y aparte: www.hostalruralioar.com
es una casa de 1780, en la que doy fe que la definición que aparece en su página
web es cierto: “Un palacio que ha sido rehabilitado con el amor y el buen hacer
que sólo el tiempo es capaz de transmitir, pero con el confort y las
tecnologías que nuestra época demanda”… “utilizamos biomasa para la calefacción
y suelo radiante en todo el hostal” El suelo radiante es un gran acierto, pues consigue
que sea más agradable aún, y que andar descalzo por la casa se convierta con frio
en un placer. En el comedor, la chimenea nos ha proporcionado momentos muy
agradables, todos reunidos alrededor del fuego, charlando y calentitos. Está
recién rehabilitado, con un gusto exquisito y además, los muebles están
elegidos con detalle, ya que, además de hermosos y apropiados, son muy prácticos.
Todo es nuevo, ya que está recién reformado lo cual, en cualquier hotel es un
valor seguro. La cocina está totalmente equipada.
Sorlada es un
pequeño pueblo encantador, por el que pasear se convierte en una delicia.
San Gregorio en
Sorlada es una Basílica (antiguo monasterio) Barroco impresionante, con vistas
al valle y una majestuosidad inesperada.
Pero mi
debilidad son las pequeñas iglesias coronadas de torres románicas antiguas y a
menudo con nidos y cigüeñas sobre ellas que dan si cabe más hermosura y vida a
sus pueblos.
Olite es una ciudad
monumental, "Estoy seguro que no hay rey que tenga palacio ni castillo más
hermoso... no se podría decir ni aun se podría siquiera imaginar cuán magnífico
y suntuoso es dicho palacio". El jardín colgante de la reina es
espectacular. Y el castillo está fabulosamente rehabilitado. Las murallas
romana y medieval dan la bienvenida al turista y acogen dentro de la ciudad al
visitante que dirige sus pasos por el centro histórico hermoso y recogido.
Nájera ya en la Rioja; con sus montañas de rocas desnudas, su río caudaloso con sus riberas cuidadas y el monasterio de Santa María la Real, precioso.
Desde sus grandiosas y espectaculares bodegas (por su ruta del vino) a sus increíbles poblaciones, en las que hay que contenerse al pasar para no parar en cada una. Una estancia inmejorable de la que sólo hay buenos recuerdos y ganas de regresar, ya que Navarra se ha mostrado como una tierra llena de promesas, con mucho aún por mostrar...
Un beso. Lola
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