martes, 30 de diciembre de 2014

La terminal







Como (casi) siempre aquí vengo con una crítica de una película que para nada es nueva, pero que queréis que os diga, yo es que soy más de sofá y mantita y es que es lo que tiene tener dos niñas pequeñas.

"La Terminal" Habla de la burocracia inmensa que nos aplasta, pero también de la inspiración y el optimismo cono armas para cambiar el mundo, y de un protagonista -encarnado (como casi siempre) con maestría por Tom Hanks- que lejos de dejarse abrazar por la desesperación lleva sus ideales más allá (aunque a veces el personaje parezca más salido de un cuento que de este mundo real)


al final el mensaje que transmite es alegre y esperanzador. Y es que a veces aunque la realidad en la que se desenvuelve la historia sea gris y negativa prevalece el mensaje de los que se quedan con la parte buena de la vida.


También trata de la amistad. De como con ayuda y apoyo hasta las situaciones más adversas pueden ser dadas la vuelta. Y no excluye la parte menos positiva, la de los desengaños y las personas que no son lo son tanto. Pero al final como en todos los cuentos triunfa la armonía y los protagonistas salen airosos.


Y el escenario es como no, un gran aeropuerto internacional, con los personajes que siempre los pueblan, desde el limpiador gruñón, a uno de los encargados de llevar maletas de un sitio a otro, pasando por policías, encargado de catering y empleados de las mas variadas tiendas que pueblan la inmensa terminal del JFK pero que podría ser cualquier otro de los grandes internacionales, estándar, impersonal, inmenso y caótico.


Al parecer la obra está inspirada en una historia real, la de Mehram Karimi Nasseri http://www.elmundo.es/cronica/2004/455/1089030732.html que si bien no es tan optimista sirve como lienzo a un Spielberg desconocido para trazar esta amena y ligera obra.

La terminal no es una obra maestra, ni posiblemente una que deje un largo poso en el espectador a lo largo del tiempo, pero sí es una obra curiosa, entretenida, amena y optimista. 

Un beso. Lola